En términos generales, el objetivo del compositor es acoplar de forma estilísticamente orgánica los diferentes elementos visuales de un proyecto, como las imágenes, las animaciones y los efectos especiales. Sus tareas incluyen la composición y la integración de estos elementos visuales en una imagen o secuencia única. En esta fase, por ejemplo, se añaden los efectos especiales y se eliminan los elementos que afectan de forma negativa la armonía visual del proyecto. Entre las actividades que desenvuelve están la corrección del color, la regulación de la iluminación, la mejora en términos de nitidez y contraste, la creación de luces y sombras y los cambios de perspectiva. Finalmente, este profesional puede estar involucrado en la creación de efectos visuales complejos que enriquecen la atmósfera de las escenas. 

Desde la comprensión de los fundamentos de la imagen hasta las competencias técnicas que acabamos de mencionar, para llegar a trabajar como compositor es necesario estudiar, perfeccionar las competencias artísticas y experimentar. El Grado en Tecnologías Creativas de NABA transmite los conocimientos y las competencias básicas y profundiza todos los aspectos de este oficio gracias a talleres y proyectos prácticos. En los talleres los estudiantes dan sus primeros pasos en el mundo del arte conceptual y del modelado 3D, hasta llegar a componer obras multimedia con personajes, ambientaciones y efectos especiales complejos.