Comerciante de arte

El abanico de responsabilidades del comerciante de arte abarca desde la evaluación del valor de un trabajo hasta la negociación e intermediación con las partes interesadas. No menos importante es el servicio de asesoría que puede prestar a privados, empresas u organizaciones públicas. Incluso en este caso, la finalidad de su actividad sigue siendo la compraventa de una obra de arte o la determinación de su valor económico. Por último, pero no menos interesante, este profesional se encarga de la promoción del artista, a veces en colaboración con otras figuras (como curadores y críticos), para dar a conocer su obra al público.

Las competencias mencionadas en el apartado anterior se adquieren a través de un recorrido tanto formativo como profesional. Desde la historia del arte hasta la economía, estos son los ámbitos disciplinarios que, más que otros, direccionan hacia esta carrera. NABA asegura una oferta didáctica exhaustiva ya comenzando por el Grado en Pintura y Artes Visuales. En este curso de tres años se sientan las bases para leer y comprender una obra de arte, y saber colocarla dentro de su marco socioeconómico. A seguir, el estudiante puede cursar un Postgrado o un Máster Académico. Uno de los más indicados es el Máster en Mercados del Arte Contemporáneo, un curso intensivo de un año que proporciona instrumentos eficaces para interpretar las dinámicas del mercado del arte, con especial atención a los lenguajes contemporáneos. Cabe recordar que los años de estudio en NABA también permiten construir una red de contactos fundamental para esta profesión.